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Por: Maguid Hilel David Araujo |
La noche que nuestro Mesías fue entregado, participó junto a sus más íntimos estudiantes de una comida muy especial, la cual típicamente se ha interpretado como la instauración de un nuevo ‘sacramento’ (para una religión distinta a la que él mismo y todos los de su tiempo profesaban), llamado por algunos círculos EUCARISTÍA y por otros SANTA CENA.
Es un episodio que por siglos se ha conocido como “La institución de la Cena del Señor”, aceptado casi universalmente de esa manera y muy poco objetado, situación que nos motiva a escribir al respecto…
¿Qué estaba realmente en la mente del Maestro Iehoshúa al momento de partir el pan y repartir el vino? ¿Fue su intención establecer un nuevo ritual/práctica o le confirió un significado adicional y más profundo a la Pascua hebrea?
A través de las siguientes líneas el lector podrá obtener una respuesta clara y objetiva, con múltiples evidencias escriturales, a fin de conocer la verdad sobre este tema.
Cuatro Razones Para Celebrar Pesaj - En Memoria Del Mashiaj:
1 • De acuerdo con Col 2:16-17, cada una de las fiestas bíblicas son sombras de lo que ha de venir (ensayos, adelantos, anuncios proféticos)
Pésaj desde luego es una de ellas, siendo evidente que esa figura del sacrificio pascual se cumple en la vida del Mesías Ieshúa (1 Cor 5:7), el cual es llamado 'Cordero' una y otra vez en las Escrituras (Isa 53:7; Jn 1:29,36; 1 Pd 1:19; Apo 5:6-13, etc.), y no por coincidencia fue ejecutado en el madero al mismo tiempo que era inmolado el cordero de Pésaj (Mr 14:12; Jn 19:14).
De modo que ya no solamente celebramos este festival conmemorando la salida de Egipto (Ex 12:14), sino también la liberación espiritual que hemos recibido mediante la muerte del Mashíaj (Lc 22:19); pues la sangre del cordero en el dintel de las puertas para protección de los israelitas era figura de la sangre de Ieshúa derramada por la expiación y perdón de su pueblo, de lo cual también los creyentes de entre las naciones dichosamente hemos resultado beneficiados, como los extranjeros que salieron de Egipto en compañía de los hijos de Israel (Ex 12:48).
2 • El Mesías ordenó celebrar Pésaj
Asimismo, y es indispensable mencionarlo, el Mesías ordenó a sus emisarios seguir ese mismo orden y liturgia cada vez que santificasen esta festividad (1 Cor 11:23-26). No otra diferente, no una nueva, sino Pésaj.
Es por esa razón que los discípulos de Su Majestad permanecieron observando esta fiesta luego de su partida (Hch 20:6), sin duda acatando las instrucciones que él había prescrito en su ‘última cena’.
Dicha fiesta también era a veces también llamada Panes sin Levadura, indistintamente, por la proximidad y conexión de ambas solemnidades (Lc 22:1).
Pero no solamente los seguidores judíos de Ieshúa seguían conmemorando este festival bíblico, pues el rabino Saulo les habla a creyentes de origen gentil en 1 Cor 5:6-8 acerca de la Pascua hebrea y la forma adecuada de conmemorarla (de hecho, en el capítulo 11 de la misma carta profundiza en detalles respecto a ello).
Así pues, Pablo les hace partícipes de esta sagrada convocación hecha a Israel y también a quienes son injertados a dicho pueblo, los cuales pueden disfrutar de las bendiciones y promesas dadas por HaShem a la nación del pacto (Rom 11:17-25; Ef 2:11-13).
3 • Es el cumplimiento de una profecía dada a la Casa de Israel y la Casa de Judá; para los que creemos en Iehoshúa de Nazaret como el Ungido prometido, es una demostración de que tenemos la certeza de que la redención que inicia en su primera venida se consumará en su regreso.
La Nueva Alianza de la que habla el Maestro (Mr 14:24) es el cumplimiento de una profecía dada a la Casa de Israel y la Casa de Judá (¡a ningún otro pueblo!), a través de la cual Di-os prometió que escribiría Su Torá en el corazón de Su pueblo, los adquiriría de manera definitiva como posesión Suya, se daría a conocer claramente a ellos y perdonaría todos sus pecados (Jer 31:31-33).
¿Quién fue designado por HaShem como garante de todas estas palabras? Su Ungido, prometido al pueblo de Israel, a quienes los netzaritas identificamos como el Rabino Iehoshúa de Nazaret. Al santificar Pésaj en memoria de él, demostramos tener certeza de que la redención que comenzó en su primera venida se consumará cabalmente cuando él regrese a reinar.
4 • ¡El Mesías mismo, cuando vuelva, comerá Pésaj nuevamente! (Lc 22:15-18).
Por tanto, sus discípulos debemos practicar y prepararnos para sentarnos junto a él en la mesa, no a tomar la eucaristía ni una cena distinta, sino el mismo memorial perpetuo ordenado por el Todopoderoso hace más de tres mil años.
Pero no solamente la Pascua bíblica se observará, pues está escrito en los profetas que en el futuro todos tendrán que respetar irrestrictamente el Shabat, la Luna Nueva, la Fiesta de las Cabañas (Isa 66:23; Zac 14:16-18), ¡e incluso las leyes alimenticias de la Torá! (Isa 66:17).
Queda una última pregunta a responder por el momento:
¿Cada cuánto tiempo se debe participar de Pesaj (Cena Del Señor/ Santa Cena)? ¿semanalmente, cada dos meses o cada vez que queramos?
Afortunadamente, la Torá prescribe que todas las celebraciones de HaShem deben ser convocadas en sus tiempos debidos; es decir, hay una época destinada y preestablecida para cada una de ellas (Lev 23:4). En el caso de Pésaj, nuestra cita con el Creador es una vez al año, durante el mes bíblico de Abib (Nm 28:16-17).
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2 Comentarios
Baruj Hashem 🙌 excelente estudio, Todah Rabah.
ResponderEliminar¡Saludos y bendiciones, es un placer ayudar!
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